Cuando yo considero que en la vida / no he cogido de amor ninguna rosa; / cuando no miro en duda tenebrosa / surgir lejana una ilusión querida; / cuando de hiel colmada la medida / de mi dolor el cálice rebosa; / cuando el alma...

Cuando yo considero que en la vida
no he cogido de amor ninguna rosa;
cuando no miro en duda tenebrosa
surgir lejana una ilusión querida;

cuando de hiel colmada la medida
de mi dolor el cálice rebosa;
cuando el alma en su lucha tormentosa
se postra al fin sin fuerzas abatida,

la frente inclino; en abundante vena
desátase mi llanto, y baña el suelo,
y mi alma poco a poco se serena:

De la tormenta así el nubloso velo,
revuelto en confusión, se rompe, truena,
desciende en lluvia, y resplandece el cielo.

Transcrito por Jorge Luis Pérez Armijos. Tomado de Compilación de poemas de ecuatorianos.

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