«La divina comedia» (Ernesto Noboa y Caamaño)

¡Deja sobre tu seno que ruede mi cabeza / como una flor pesada de pena y de pasión: / que amor burla con gracia sutil toda certeza / y la cabeza siente, pues piensa el corazón! / De este divino engaño cuando la farsa empieza...

¡Deja sobre tu seno que ruede mi cabeza
como una flor pesada de pena y de pasión:
que amor burla con gracia sutil toda certeza
y la cabeza siente, pues piensa el corazón!

De este divino engaño cuando la farsa empieza,
truecan sabios sus alas Sentimiento y Razón:
¡y el pensamiento es todo ternura y ligereza
porque el sentir es todo cordura y reflexión!

A tiempo se repite la fama de esta ambigua
y dolorosa farsa, ¡tan nueva y tan antigua!
y es siempre igual el fondo y análoga la acción.

Empecemos de nuevo la divina comedia,
hoy que la duda, Amada, mi corazón asedia,
que esta vez… ¡quizá olvide que él lleva la razón!

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