«Los arqueros negros» (Numa Pompilio Llona)

Tras el hombro el carcaj: un pie adelante; / con el brazo fortísimo membrudo / tendiendo el arco; y, con mirar sañudo, / inclinado el etiópico semblante, / así, en hilera, el batallón gigante / de dolores me acecha torvo y mudo; / y sus saetas clava...

Tras el hombro el carcaj: un pie adelante;
con el brazo fortísimo membrudo
tendiendo el arco; y, con mirar sañudo,
inclinado el etiópico semblante,

así, en hilera, el batallón gigante
de dolores me acecha torvo y mudo;
y sus saetas clava en mi desnudo
ensangrentado pecho palpitante! …

¡Mas no de tus flecheros me acobardo
ante el airado ejército sombrío;
sus golpes todos desdeñoso aguardo!…

¡Manda a tu hueste herirme, oh Hado impío,
hasta que lancen su postrero dardo!
Hasta que se halle su carcaj vacío.

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