«Memorias» [fragmento] (Augusto Arias)

¿Volvemos, ascendemos, descendimos? / No cura nada este rumor incierto, / ni el juicio de las horas que vivimos / será el que suene sobre el cuerpo muerto. / Verán, los más, la flor de los racimos / para ignorar nuestras verdades puras...

¿Volvemos, ascendemos, descendimos?
No cura nada este rumor incierto,
ni el juicio de las horas que vivimos
será el que suene sobre el cuerpo muerto.
Verán, los más, la flor de los racimos
para ignorar nuestras verdades puras;
han de alcanzar la fatuidad que fuimos
y no el color de nuestras sepulturas
donde cante el silencio y la voz se haga
de una delgada eternidad de brisa;
donde el anhelo ya no existe y caigan
de su tarde abultada los prejuicios
y donde un ángel trémulo recoja
eco del eco que no fue palabra,
resumen del alma del enigma único
que ninguno sintió ni como ráfaga;
ojo para mirar todos los años
detrás tan sólo de una pura lágrima.

Mas en el tiempo abstracto, la concreta
estrella que buscabas, con su tiento
de pálido brillar, temblando, ha muerto,
y el sueño verdadero, ante otros, nunca
dibujará perfecta su figura.
¡Oh amor que pasa, oh desamor, oh grito!,
emoción sin objeto. Aquí mi estrella
rota en astillas luminosas, quiere
descender a la tierra en donde sea
fría al caer con muerte de viajera,
luz inconclusa, rostro apenas visto,
felicidad fugante, calavera.

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