
Mírame bien: «Soy lo que pudo ser»,
también me llaman: «nunca más»,
Demasiado tarde». Adiós.
Pudo ser… ¡y no fue! Tú la elegida
fuiste para ser sol de mi camino,
¡pero un oculto, despiadado
sino sólo un instante te acercó a mi vida!
Pudo ser y no fue. La presentida
por mi eterna inquietud de peregrino
de amor, fuiste en mi noche del destino
como una vaga irradiación perdida…
En medio de la sombra y la distancia
reconoció tu espiritual fragancia
mi corazón, pero tembló cobarde…
Y sólo un punto —como dos espadas—
se cruzaron no más nuestras miradas
para decirse: “Demasiado tarde”.
Fuente: Poesía ecuatoriana (antología esencial), prólogo y selección de Sara Vanégas Coveña, Cuenca, Universidad del Azuay, 2019.