Molinete hidráulico.
Naufragio en la visión irresistible.
Curva sobre el horizonte.
Espiral enigmática
que descontorsiona la penumbra
en hélices pluricolores…
Célula de la locura cuerda
Logaritmo embrujado
en un espasmo oceánico.
La Danza encontró sus péndulos
en tus senos vibracionistas…
Todo el pentagrama
se multiplica con tus dorsos caderales.
El declive de tus ojos
pluraliza la invitación a tu órbita
de desnudeces voltaicas.
Amalgama
con el vacío.
Pleamar
rebosada por el maremoto de los ritmos.
Ebullición
en el panorama de la musicografía.
Única clave
en el noviformo sensualismo astral.
Tempestad dispersa:
el imán de tus pies
varía el rumbo de los hemisferios…
(Tomado de Poesía ecuatoriana I, 2008, selección de Hernán Rodríguez Castelo)