Tu cabellera tiene más años que mi pena,
Pero sus ondas negras aun no han hecho espuma…!
Y tu mirada es buena para quitar la bruma
Y tu palabra es música que al corazón serena.
Tu mano fina y larga de Belkis, me enajena
Como un libro de versos de una elegancia suma.
La magia de tu nombre como una flor perfuma
Y tu brazo es un brazo de lira o de sirena.
Tienes una apacible blancura de camelia,
Ese color tan tuyo que me recuerda a Ofelia,
La princesa romántica en el poema inglés,
Y a tu corazón de oro… de la melancolía
La mano del bohemio permite, amiga mía,
Que arroje algunas flores humildes a tus pies.
(De Poesía ecuatoriana I, 2008, selección de Hernán Rodríguez Castelo)