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«Y el abuelo acertó», por doña Susana Cordero de Espinosa

García Márquez señalaba un día qué mal se sintió su abuelo, el coronel, cuando le demostraron que entre los animales del circo, confundió el camello con un dromedario...

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Foto: Real Academia Española.

García Márquez señalaba un día qué mal se sintió su abuelo, el coronel, cuando le demostraron que entre los animales del circo, confundió el camello con un dromedario. Ya en casa, abatido, consultó el diccionario ‘con atención infantil’, constató que el reclamo era razonable y exclamó, con el mamotreto en el regazo: ‘Este libro no solo lo sabe todo, sino que es el único que nunca se equivoca’…

Las convicciones necesitan tiempo para probar su valor: hoy se realiza esta secreta persuasión del abuelo, pues el trabajo de las 23 academias existentes en el mundo, presidido por la Real Academia, es decir, el de quienes representan la lengua de quinientos millones de hablantes, permite que en los diccionarios panhispánicos ‘quepa todo’, lo cual abona a favor de no equivocarse.

En diciembre se presentó el Diccionario panhispánico del español jurídico, en la antigua, dorada y bella Salamanca, donde los académicos no estuvieron solos: presidió el acto, en el sobrio Paraninfo de la universidad salamantina, el rey de España, Felipe VI, y asistieron, como invitados, juristas del ámbito hispánico. Para su elaboración a partir del “Diccionario del español jurídico” redactado por el jurista y académico de la RAE, don Santiago Muñoz Machado, miembros de las academias, jurisconsultos americanos y en nuestro caso, del Consejo de la Judicatura y la PUCE, aportaron con entusiasmo su propio léxico jurídico, y enriquecieron con nuevos artículos el gran contenido de la obra citada, o añadieron su respectiva manera de país, (Ec., Ecuador, en este caso) en aquellos lemas cuya acepción o acepciones correspondían a las de la juridicidad de otro u otros países americanos.

Traslado el caso de ‘huasipungo’: “Hist. y Lab: Ec. ‘Pequeña superficie de terreno que el dueño de una hacienda da al peón trabajador de ella para que plante su casa y tenga sus animales y cultivos para su propio consumo’. “El huasipungo suponía la explotación del indio y era la modalidad propia de las provincias del centro y norte del país, probablemente derivada de la antigua ‘encomienda’ establecida por las Leyes de Indias. Tanto la institución del huasipungo como las demás formas precarias de trabajo en la tierra fueron superadas y prohibidas por las Leyes de Reforma Agraria de 1964 y 1970. No existen en la actualidad”. Las marcas “Hist. Lab.”, anuncian que el vocablo no pertenece a la juridicidad actual del Ecuador, sino a su historia, y que, en su tiempo, formó parte del código de lo laboral; con igual minuciosidad se incluyeron ‘sumak kausay’ o ‘sumilla’ y tantas otras…

Esta obra se presentará en Quito, el próximo abril, en la XIX Cumbre Judicial Iberoamericana, en presencia del académico don Santiago Muñoz Machado, en cuyas palabras, este nuevo diccionario panhispánico “mantendrá el valor de la cultura jurídica común heredada, asegurará la pervivencia en nuestros pueblos de conceptos básicos de las formas democráticas de gobierno, los valores del estado de derecho y las garantías de las libertades”.

Este artículo se publicó en el diario El Comercio el 13 de febrero de 2018.

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