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«Zoología popular del Ecuador», por don Oswaldo Encalada Vásquez, discurso de incorporación a la Academia en calidad de miembro correspondiente

Desde nuestro archivo recuperamos el discurso «Zoología popular del Ecuador», con el que don Oswaldo Encalada Vásquez se incorporó a la Academia Ecuatoriana de la Lengua en calidad de miembro correspondiente, el 25 de junio de 2010.

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Sr. Dr. Jorge Salvador Lara, Director de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, Sr. Dr. Renán Flores Jaramillo, Subdirector, Sr. Dr. Claudio Mena Villamar, Secretario de esta dignísima institución, Sr, Dr. Fausto Aguirre, ilustre catedrático y miembro de la Academia, damas y caballeros, amigas y amigos, gratos familiares:

Mis primeras palabras son las que no piden fuerza, las que ordena con naturalidad el corazón, y estas son las de la gratitud más sentida. Dobladas y multiplicadas gracias al Sr. Director, al Sr. Subdirector, al Sr. Secretario y en especialísimo lugar al Dr. Fausto Aguirre por su apoyo y su interés siempre constante en mi incorporación. Gracias también a las otras personas, las que creyeron que mi nombre merecía integrar la nómina de tan docta institución de cultura. Esas personas, para quienes no cabe el olvido, son la Dra. Susana Cordero de Espinosa, el Dr. Luis Aguilar Monsalve, el Dr. Carlos Joaquín Córdova. A ellos y a ellas mi reconocimiento y mi gratitud del tamaño y de la duración de la eternidad.

En el plano del pensamiento y de la labor dos amores guían mi vida: el amor a la patria y el amor a la lengua. Fruto de estos sentimientos son mis trabajos en el campo de la Lingüística, y fruto de esto es también el presente acercamiento a la zoología popular, breve ensayo que está dedicado a mi hijo ausente en España.

Zoología popular en el Ecuador

Fueron los grandes cronistas los primeros que se ocuparon de la descripción de las tierras americanas, y dentro de esta descripción, tocaron, naturalmente, la prodigiosa fauna del subcontinente. Ya en Cieza de León, en su relación escrita en 1550 se habla de algunos animales (aves, insectos, peces) de las tierras que más tarde serían las ecuatorianas.

Además de ellos podemos citar a Fray Fernando de Lizárraga, Pedro Ordóñez de Ceballos, Fray Antonio Vázquez de Espinosa, Pedro Garzón y su DESCRIPCIÓN DEL PARTIDO DE PUERTO VIEJO, en 1605. Luego de ellos quienes tomaron a su cargo la descripción de la naturaleza ecuatoriana –hasta el siglo XIX- fueron Pedro Franco Dávila (1711-1786), Juan de Velasco (1727-1792), y algo más adelante, Fray Vicente Solano (1791-1865).

A Juan de Velasco se lo puede catalogar como el Plinio ecuatoriano. Pues en la parte que contiene su Historia Natural incluye mucha información de primera mano, fruto de su observación, así como también recoge rumores y conjeturas. El resultado es un vasto mosaico donde caben serpientes, insectos, cuadrúpedos, aves, peces.

Nuestro protohistoriador acepta, con frecuencia, los nombres populares de los animales, ya sean quichuas o no. Por tal razón previene al lector sobre este hecho: “habiendo algunos críticos que por la casa propia quieren juzgar de la ajena, debo prevenir en orden a las palabras y significados del idioma indiano, que pongo muchas veces, las cuales parecerán diferentes o viciadas o no conformes a la lengua peruana, que se llama la general” (Velasco, 1961, 175).

Y he aquí dos muestras del estilo descriptivo del sacerdote jesuita:

Inti mama, quiere decir la madre del sol y es nombre que se da a dos especies distintas de escarabajos volantes, ambos de temples muy calientes. Lo más vistoso y bello de estos, consiste en sus alas, que tienen cierta menuda aspereza sin ofensión de la mano, en la cual forma la luz diversos visos de colores, a más del permanente que tienen. El uno es mediano, de alas verdes, resplandecientes como la esmeralda, que hacen visos de oro; y estas alas, aunque duras y consistentes, son poco gruesas. El otro es mucho mayor y sus alas más gruesas, color de bruñida plata, hacen visos de rubíes, de modo que cortando estas alas y colocando con arte, se pueden hacer embutidos en madera tan vistosos y relucientes como las joyas de preciosas piedras.

(Velasco, 1961, 215)

Al parecer este escarabajo de élitros verdes es el que los indígenas shuar designan como wauwau. Con sus élitros forman adornos como el llamado akiamu.

“Las moscas mayores y menores de innumerables especies, todas con el nombre genérico de chuspi.

En las partes frías y poco templadas, no se conocen sino dos especies de moscas: unas que son las ordinarias domésticas, en poco número y sin molestia, como en otras partes. La otra especie de moscas grandes, mucho más rara, tiene un modo singularísimo en su propagación. Hacen un agujero largo en pared o tierra dura o tal vez en madera. Este lo van llenando desde el fondo hasta la boca, de una miel gustosísima, espesa y amarilla, con divisiones cortas hechas de hojas frescas cortadas, con las cuales queda la miel forrada también por todas partes. En cada división ponen un huevo metido en la miel; y acabada la obra cierran la puerta y no la vuelven a ver más. Nacen los gusanos y cada cual se alimenta de la miel que le toca en su división, hasta que van saliendo, uno por uno a buscar la vida.

(Velasco, 1961, 217)

La palabra chuspi designa a la mosca. En la segunda parte del texto de Velasco se está hablando de la bunga, como lo veremos más adelante.

La designación popular no ha desaparecido. Aún hoy tenemos en el habla ordinaria muchas palabras que nombran a seres del reino animal, y que lo hacen con palabras quichuas o no, como también con formas del español popular. Veamos algunos casos.

Insectos

Abeja.– En quichua la Apis mellifera recibe varios nombres, como mishqui chuspi; mishqui = dulce; chuspi = mosca. Mosca de dulce. Otros nombres: mishqui balún; putan chuspi (putan significa miel); puzu bunga (puzu = gris. Ver el artículo bunga en este mismo trabajo); chuspi bruncana, buyi, (nombre de origen onomatopéyico) huairuncu, uluncui.

Bunga.- Palabra quichua que designa a una especie de insecto parecido a la abeja. Hay algunas variedades, desde la pequeña, semejante a la abeja, con la diferencia de tener el vientre más redondeado y su parte terminal, de color anaranjado; el cuerpo negro y una mancha blanca sobre el cefalotórax. La variedad de mayor tamaño corresponde al abejorro, que es también de color negro. Las bungas se alimentan –como las abejas- del néctar de las flores. Son insectos de vida solitaria. Algunas de ellas- las variedades pequeñas- cortan con las tenazas de las mandíbulas, pedazos de hojas de plantas para fabricar sus nidos, tal como lo describe Juan de Velasco en la parte inicial de este trabajo, aunque este autor la nombra como chuspi.

“Especie de avispón de color negro y de forma muy redondeada”.

(Cordero, 1985, 46)

El nombre de bunga al parecer es una onomatopeya del zumbido que el insecto produce al volar. El nombre científico es Bombus terrestris, que se traduce como zumbador dela tierra. Compárese el nombre bunga con la designación Bombus. En los dos existen sonidos semejantes.

En la provincia de Esmeraldas a las bungas las llaman cucarrones.

También Cieza de León describió, aunque brevemente a este insecto. Dice: “Otro linaje hay destas abejas que son poco mayores, negras”. (Cieza, 1962, 90).

La etimología onomatopéyica de la palabra bunga aparece manifestada (sin que el autor se percate) en una estrofa del corro infantil, en el poema titulado LA BUNGA, de Darío Guevara:

Bunga, bunga, bunga,
Ya se va la bunga
Con su bun, bun, bun;
Su música lleva
Mi dulce recado
Para el picaflor…

(Guevara, 1968, 272)

Además el término bunga tenía otro sentido, tal como se puede desprender de este texto del mismo autor:

Al fin estos godos bungas
Nos dejarán respirar;
Al fin ya tenemos patria,
Ya tenemos libertad.
La patria llama y pregunta
¿Cuál sea esta libertad?
—Suplir su necesidad
Esos bungas de la junta

Nota de léxico: “Bungas: personas de la gente vaga o de la gente de mal vivir moral”. (Guevara, 1954, 42).

Caballo del diablo.-En España el caballito del diablo es la libélula. Para nosotros el caballo del diablo designa a una especie de avispón de vientre de color azul oscuro o púrpura, y alas anaranjadas. Generalmente coloca sus huevos en lo cuerpos vivos de las arañas, razón por la cual se lo suele observar volando muy cerca del suelo en búsqueda de los agujeros donde viven algunas arañas grandes. Juan Montalvo ya se fijó en este insecto. De él dice lo siguiente:

La barba rucia y enmarañada, servía de palacio a mil insectos de esos que cría la cabellera de las paredes arruinadas: yo mismo vi salir de ella un caballo del diablo que venía arrastrando una araña negra de vientre cenizoso”.

(Montalvo, 1975, 386)

La razón para llamarlo así está en que se trata de un insecto que provoca temor.

En las zonas indígenas del Azuay se lo llama diablupacaballo, es decir caballo del diablo, puesto que el sufijo pa es de genitivo. Pero además tiene otros nombres: “En las aldeas del cantón Pelileo lo llaman caspicaballo, esto es, caballo de palo (…) mata a las arañas clavando su aguijón venenoso, y luego traslada a sus víctimas arrastrándolas. Si esto ve repentinamente a su paso, alguna persona, da por cierto que alguien de su familia morirá”. (Guevara, 1972, 117). El explorador Whymper le da un curioso nombre: “Alcanzamos a ver un ‘obispo’ (insecto del género de los himenópteros) …; su ilustrísima estaba vestido de morado y negro y tenía largas patas muy peludas (…) Juzgo que Ambato debe ser infortunado en cuanto a sus gobernantes eclesiásticos, pues no hay aguijón más punzante que el de estos insectos”. (Whymper, 2001.94)

Chinchorro.-El chinchorro es un insecto del orden de los hemípteros, su nombre científico es Leptoglossus zonatus Dallas. Tiene hasta unos dos centímetros de largo. En la etapa adulta tiene dos alas. Las patas traseras terminan en una especie de ensanchamiento. Es parásito que ataca al llamado “tomate de chupar” o “tomate de árbol”. Coloca los huevos en el fruto y éste ya no madura. Se vuelve muy duro e inservible. Recibe también los nombres de chinche foliado o patón.

Cuco palito.- Es un insecto (perteneciente a la familia de los fásmidos, del orden de los ortópteros) de cuerpo extremadamente delgado y alargado. Mide entre 3 y 5 centímetros. Está perfectamente adaptado y mimetizado con su medio, para parecerse a un pequeño tallo redondeado, como un palito. De ahí el nombre. Lo de cuco, significa en este contexto, simplemente bichito. Se lo llama también insecto palo.

“Otro grupo no menos interesante es el de los fásmidos, cuyas especies simulan partes vegetales, constituyendo un verdadero colmo del fenómeno biológico denominado mimetismo, en virtud del cual un ser viviente se confunde con el ambiente que lo rodea. (…) Especies más o menos afines reciben en otros países nombres igualmente significativos: en Argentina se llaman bichos palitos; en los Estados Unidos, agujas de zurcir del diablo”.

(Cabrera, 1950, 258)

“Insectos palos, llamados también palitos vivientes, pues viven entre las cañas pajas secas, tomando de estos la forma y el color”. (Donadío, 1944, 139). Whymper los llama “caballos de palo”.

(Whymper, 2001, 111)

Cuzo.- Palabra quichua (debe pronunciarse la Z como la S sonora del francés o como la S de la palabra española “mismo”) que designa a la larva de gran tamaño de algunos escarabajos. Vive bajo tierra. Es blanco, y se alimenta de las raíces de algunos vegetales. Sobre él Juan de Velasco dice lo siguiente:

“Estos se crían comiendo bajo la tierra el fruto de las papas. Son gruesos y largos tal vez más que el dedo pulgar; y tienen el medio cuerpo de pura manteca y el otro medio de intestinos. Cortados por la mitad, los fríen dando ellos mismos la manteca y aseguran los que los comen, ser uno de los mayores regalos”.

(Velasco, 1961, 223)

Esta larva es en todo semejante al mukind de los shuar. La diferencia está en que en el oriente la larva vive en los troncos de los árboles caídos.

Escarabajos.- Una variedad de escarabajo de más o menos 25 milímetros de largo recibe el nombre de buena nueva, si su color es entre amarillo y castaño. Si el color es castaño oscuro, es una mala nueva. Estos escarabajos vuelan durante la noche, y al ser atraídos por la luz de los hogares, suelen entrar en las casas. De ahí que anunciaban, supuestamente, buenas o malas nuevas. El padre Solano recoge estos nombres: “Una especie de estos últimos llaman en Cuenca buenas nuevas y malas nuevas”. (Solano, S/fecha, 161, T.I). La mala nueva suele estar infectada de parásitos, por eso la gente dice que es “piojosa”.

La razón para la diferencia entre la buena y la mala nueva está en la oposición cromática. El color oscuro se asocia con lo malo, mientras que el más claro va con lo bueno.

A estas dos variedades nombradas ya, se les da el nombre genérico de chuna, palabra quichua. Una variedad de mayor tamaño, un verdadero ciervo volante (Lucanus cervus) es conocido también como taitacarnaval, porque hace su aparición aproximadamente en la época de carnaval. Recibe también la designación de chogllacuro, chogllocuro, chogllopucuchi, chullapucuchi o chaullapucuchi. En todos los casos el nombre está compuesto –con algunas deformaciones más o menos mayores- de chocllo = la mazorca de maíz tierno, y curu = gusano; pucuchi, = el que hace madurar (de pucuchina = madurar). “Escarabajo que aparece en la época del año en que el maíz llega a ponerse en sazón (…) Tal escarabajo es muy consentido de nuestros labriegos pues creen que cuando abunda, el año agrícola no puede ser mejor”. (Cordero, 1985, 113). La época en que el maíz llega a ponerse en sazón es, precisamente, por la temporada de carnaval, lo cual explica lo del nombre anterior.

Sin embargo, al parecer, en el Norte el chogllacuro no es tan bien recibido, según como se puede apreciar en la siguiente copla:

Dizque dices que me dejas
para verme padecer:
a pesar del chogllocuro,
choclotanda he de comer.

(Guevara, colección inédita)

El choclotanda, que significa pan de choclo, es el chumal.

Además los escarabajos reciben también los nombres quichuas de catso o pilla, huacahuaca. En el Norte del país el catso es comestible (la buena nueva). Se lo deja algunas horas en harina y luego se lo tuesta y come como el tostado. En Loja a los escarabajos se les da el nombre genérico de zúngaro, nombre originado en la onomatopeya del vuelo del insecto.

Escribano.- Es el pequeño coleóptero conocido también como girino (Gyrinus natator). El Diccionario de la Academia dice de él lo siguiente:

“Coleóptero pentámero, de unos siete milímetros de largo, con cuerpo ovalado, de color bronceado muy brillante. Tiene dos pares de ojos, las patas del primer par, largas y filiformes, y las de los otros dos pares, cortas y anchas, a propósito para la natación, élitros que no tapan por completo el abdomen, y alas membranosas. Anda rápidamente sobre las aguas estancadas, trazando sobre ellas multitud de curvas”.

(DRAE, 2001, 1137)

La descripción académica no está de acuerdo con nuestro escribano, pues el de acá es de un color negro muy brillante. Es el único insecto que puede bucear, caminar sobre el suelo y volar. Su nombre deriva del hecho de que al andar sobre el fondo de las charcas, hace, con sus patitas, algunas líneas. No anda, pues, como dice el diccionario, sobre las aguas.

Hormiga:– La hormiga recibe varias denominaciones en quichua, así: añangu = hormiga, como también llullu chuspi, que se traduce como mosca (chuspi) tierna (llullu). Se comprende lo de “tierna” o “nueva” por el hecho de que la hormiga no tiene alas, todavía, Como si la hormiga fuese una etapa joven de la mosca. Se llama además siquimira, mira = dilatado, abultado, y siqui = trasero. Trasero abultado, hecho que concuerda perfectamente con la morfología de la hormiga. Otro nombre es allpacuru, que se traduce como gusano de la tierra.

Lora.-Es una especie de insecto del orden de los homóptera (familia membracidae), de entre 10 y 15 milímetros. La parte superior del cefalotórax está protegida por una especie de caparazón. Inicialmente se desarrollaban y vivían en los troncos y ramas de los morales; pero se han adaptado ya a otras plantas, como el sauce, el capulí, la reina claudia, etc. donde ponen grandes cantidades de huevos.

El nombre de lora les viene del hecho de moverse lentamente –aunque pueden volar- sobre las plantas, como lo hacen las loras (las aves), y quizá también, del hecho de que algunas variedades tienen coloración verdosa. También se las conoce con el nombre de monjas, por cierto vago parecido con la toca de una monja.

Constituyen una verdadera plaga puesto que absorben la savia de las plantas. En otras regiones de Sudamérica se las llama madres del agua.

Mariposa.– En quichua la mariposa recibe el nombre de chapul, designación ya arcaica. Creemos que de este nombre se derivó la palabra chapula, término que “se aplica a la mujer del militar, sobre todo del soldado, sea o no legítima”. (Cordero, 1985, 102) De este último elemento, que alude a la legitimidad, pudo obtenerse la razón para formar el masculino chapulo, con que se conocía a los miembros del partido liberal. Nombre puesto seguramente por los conservadores, que juzgaban a sus rivales como personas de conducta irregular.

Otro nombre de la mariposa, igualmente en desuso, es el de pimpillitu, al parecer compuesto de pimpi, que es saltamontes.

Mariquita.-La mariquita es un pequeño escarabajo de color anaranjado y con siete manchas negras distribuidas en los élitros. De este hecho deriva su nombre científico: Coccinella septempunctata. Por su tamaño y su coloración es un insecto muy llamativo, además de ser beneficioso para la agricultura pues devora larvas dañinas. En España recibe el nombre de vaquita de San Antón, cuco de Dios, gallinita de Dios, mariposa dela Virgen y muchos otros nombres más. Entre nosotros, y por eufemismo –pues mariquita tiene connotaciones de homosexualidad- se la llama también margarita.

En el Diccionario de autoridades (1726) se lee esta curiosa definición: Casita de Dios: “Insecto pequeño como medio guisante, de color encarnado, que vuela poco; pero no hace daño, y se cría en el campo entre la inmundicia. Llámanle assí los niños, porque la figura es como de una media esphera, y quando quiere volar parece al abrir las alas, que abre unas puertas”.

Mosco.– En el lenguaje popular no existe mosca. El único género posible es el masculino, y cuando aparece la forma femenina es para designar al artilugio que sirve como cebo artificial para pescar. Del masculino se deriva mosquito, nombre de una pequeña orquídea, y también del zancudo.

Ninacuro.- El ninacuro es la luciérnaga. La palabra quichua está formada por nina = candela, fuego, y curu = gusano. Gusano de fuego. Es un pequeño escarabajo que vuela en la noche. Pertenece a la familia de los Lampyridae (del griego lampiris = gusano de luz). La definición del Diccionario de la Academia deja algunas dudas:

“Insecto coleóptero, de tegumento blando y algo más de un centímetro de largo. El macho es de color amarillo pardusco, y la hembra carece de alas y élitros, tiene las patas cortas, y el abdomen, cuyos últimos segmentos despiden una luz fosforescente, muy desarrollado”.

(DRAE, 2001, 1401)

Si la hembra no tiene alas, entonces no puede volar; pero nuestras luciérnagas vuelan perfectamente; lo que podría significar que son machos con luz o hembras que tienen alas. Pero, claro, también la redacción del artículo podría ser la defectuosa.

En la provincia del Cotopaxi recibe los nombres de curu micha; curu = gusano, y micha = parpadeo. Lo que se traduce como parpadeo del gusano. También se lo llama achigyana = aclarar, centellear. Nina micha. Es decir: parpadeo de candela. Itsa cataj, que se traduce como: que cubre el parpadeo. Otros nombres quichuas son: curucancha, que se traduce como curu = gusano; canchac= que alumbra; pinchicuro: pinchi = centella y curu = gusano, es decir gusano con centella o chispa.

Ráchig.- Palabra quichua, derivada de rachina = arañar, desgajar. Ráchig = el que araña o desgaja. El ráchig es una especie de cucaracha pequeña y de color castaño rojizo. Medra muy bien en los sitios abrigados de los hogares. Se multiplica tan rápidamente que constituye una verdadera plaga.

Robapelo.– El robapelo (y ocasionalmente robapelos) no es más que la libélula. El nombre es la traducción exacta del quichua: agchashúa: agcha = pelo; y shúa = ladrón. Ladrón de pelo o robapelo. También existe la forma híbrida de quichua y español. Shúa pelo.

“Especie de libélula, llamada dragón del aire, que, en concepto del vulgo, y el nombre en su etimología lo comprueba, sustrae el cabello de los individuos en quienes se posa” (Cordero, 1985, 6). Por esta acción de robar el pelo recibe también la designación de cortapelo o tijera. “Toma su nombre por la falsa idea de atribuir a la libélula en su rápido vuelo alrededor de la cabeza de una persona, la intención de robar pelo”.

(Córdova, 1995, 795)

En algunas regiones de América del Sur se la llama también alguacil, por la manera como persigue a los mosquitos.

A este insecto en vasco (la lengua eusquera) se lo denomina inpernuko burduntzio, lo que se traduce como asador del infierno. En cambio en inglés se lo conoce como dragon-fly, es decir: dragón volador.

El pelo es un elemento de mucha importancia en la práctica de la brujería y en la imaginación popular. Para evitar que el robapelo se apropie del pelo de la “corona” las mujeres campesinas “se peinan con una sola trenza para que el pelo no esté dividido y deje la corona descubierta” (Landívar, 1997, 45). Esto significa que el pelo masculino no es atractivo para la libélula.

Además se cree que el pelo es un ser vivo, casi independiente del cuerpo, puesto que en los cadáveres el pelo sigue creciendo, según la opinión popular. Es más, del pelo se pueden generar pequeñas serpientes, como lo dice Juan de Velasco: “Esto (…) es tan común y frecuente en los calientes y húmedos, que todo el cabello que sacan las indianas al peinarse y lo meten envuelto en los agujeros o rendijas de sus casas, se encuentra después un envoltorio de culebras, bregando unas con otras por desasirse” (Velasco, 1961, 144). Como se ve, nuevamente el pelo de la mujer. Por todos estos peligros es que algunas mujeres campesinas suelen quemar en las llamas del fogón, el pelo que sale al peinarse. Con esto se evita que caiga en manos peligrosas o que se conviertan en serpientes. Otra razón para quemar el pelo –asegura una informante- es que cuando el alma se presente ante Dios, éste le dirá: aquí falta una hebra de pelo, con lo que el alma tendrá que bajar a la tierra a buscar. Al quemarlo, el alma tomará un poco de ceniza y se presentará ante Dios para indicar que ahí está el pelo faltante.

Cuando ha muerto un niño, en algunas zonas campesinas de Azuay, a la madre le dan una bebida preparada de la siguiente manera: queman un mechón del pelo de la criatura y la ceniza la mezclan con agua de toronjil. Con esto la madre se tranquiliza.

Tijereta.– En España la tijereta es conocida como cortapicos. La definición dada por el Diccionario de la Academia dice así:

“Insecto ortóptero de dos centímetros de largo aproximadamente, cuerpo estrecho, de color negro, cabeza rojiza, antenas filiformes, élitros cortos, y a veces sin alas ni élitros, y abdomen terminado por dos piezas córneas, móviles, que forman una especie de alicates. Es muy dañoso para las plantas. Todas sus especies son fitófagas”.

(DRAE, 2001, 669)

La descripción es exacta en su morfología, pero no en su clasificación, pues pertenece al orden de los dermápteros. Tampoco concuerda en los hábitos alimenticios, pues es, realmente omnívoro, y además practica también el canibalismo. Puede vivir en las alhacenas y depósitos de víveres.

El nombre de tijereta hace referencia a la capacidad que tiene de mover los extremos córneos y cortar o atrapar con ellos. En quichua recibe el nombre de siquicanicuro, palabra compuesta de siqui = trasero; canina = morder; y curu = gusano. Es decir: gusano que muerde con el trasero. Recibe también la designación de canín canín, derivado del quichua canina. También canicuro

“Solo que había ututos. Eran estos unos animalitos, muy negros, parecidos al canicuro, (del cual los liberales tomaron el nombre de curuchupas para sus adversarios políticos”.

(Muñoz, 2000, 129)

Esto de curuchupas (rabo de gusano) es una acertada metáfora entre la figura del insecto y la visión posterior de una persona vestida con chaqué. Los faldones de la prenda semejan las piezas córneas. Los conservadores adinerados fueron siempre más apegados a la etiqueta y a la vestimenta tradicional.

Otra designación es la de siquihuancanicuro. “Insecto pequeño que se arrastra por tierra. Es de color negro intenso y tiene en su parte posterior dos tijerillas con las que hace presa”. (Cordero, 1985, 250)

Y la última designación que recibe es la de tijera. Al parecer el autor (Alfonso Cordero) se refiere al mismo insecto, aunque la definición no es la misma ya dada: “Insecto de cosa de dos centímetros, negro de cuerpo y patas y tijeras color café. Entra en los dormitorios y su picadura produce fuerte escozor”. (Cordero, 1985, 256)

El nombre científico de la tijereta es Forficula auricularia, que traducido significa tijerita de la oreja, por la creencia europea de que se metía en las orejas de las personas dormidas para abrirse paso hasta el cerebro. De este hecho también deriva su nombre en francés: perce oreille, que se traduce como taladra orejas. El nombre inglés earwig significa lo mismo que el francés. En portugués se lo llama lacrainha, lo que se traduce como alacrancito, por su arma posterior.

Tispo.– Palabra quichua que designa a la larva erizada de cerdas, de algunos insectos. Una larva cualquiera, sin cerdas, recibirá el nombre genérico de gusano.

Zancudo. El zancudo recibe en quichua las designaciones de huanhua o huinhui, que significa zumbador (de huanhuay = zumbar). También huanhuachuspi = mosca zumbadora. En español, de acuerdo con este mismo criterio sonoro se lo llama mosquitode trompetilla. En cambio el jején y otros mosquitos que pican reciben diferente nombre. “Los indios los llaman en quichua canic-chuspi, es decir mosco que muerde, podemos llamarlo mosco rabioso” (Onffroy, 1983, 196). El tábano recibe el nombre de jatunchuspi, es decir mosca grande.

Aves

Bichauche.- Con este nombre se conoce al gorrión en la provincia de Loja, mientras que en Cañar se la llama zhuta, y en algunas zonas de la provincia del Azuay, se lo conoce como pichilingo. El nombre zhuta realmente designa a la perdiz, y por metáfora, al gorrión.

Brujillo.– Es un pequeño pájaro,

“una avecilla más pequeña que un gorrión, de pluma negra y pecho rojo. Dentro del Azuay, solo vive en valles tan ardientes como el de Yunguilla, en el que la avecilla es muy común. Los moradores de este valle, en cuanto se trata de los rústicos, sostienen que el corazón del brujillo, dado a comer a una joven que no siente cariño por quien la enamora, hace que esta trueque en amor vehemente su desapego”.

(Cordero, 1985, 44)

Chirote.-

“Es el ave conocida con el nombre de Onofelis belicosa. Abunda mucho en nuestros campos, sobre todo en las épocas en que se siembra y sazonan los frutos. Es de cuerpo tres veces más grande que el de un gorrión, y tiene el plumaje de este, con la diferencia de que en el macho, cuando llega a adulto, comienzan a enrojecer las plumas que dan al pecho, hasta tomar el color vivo escarlata. Aprende muy variados silbos y se domestica fácilmente. Algunos lo llaman también cacique”.

(Cordero, 1985, 110)

Chito o chirote, propio de los países fríos y poco templados; grande como el otro, pero más grueso de cuerpo. El color de la cabeza y espalda es como el de la codorniz, con todo el pescuezo y pecho como una grana muy encendida; cabeza algo grande, con pico grueso muy derecho y agudo. Su canto natural es corto, mas aprende con facilidad y remeda cuanto oye. Su voz es una de las más sonoras y elevadas, que pueden oírse entre los pájaros. Tiene otras mil gracias, y entre ellas, la de pelear con los gallos y matar seguidamente varios, siempre cantando”.

(Velasco, 1961, 196)

En el Norte del país recibe el nombre de chocota.

Chuchijillo.- Este nombre quichua sirve para designar al gavilán, que es el azote de los pollos. Precisamente el nombre significa jillu goloso, y chuchi = pollo. Goloso de los pollos.

Con el fin de asustar al gavilán y alertar a los pollos para que se escondan, los campesinos lanzan un grito singular:

“¡UAA! ¡UAA!.- Exclamación de la que se vale nuestro vulgo para poner en alarma a los pollos porque hay un milano que les acecha. En efecto, a esta voz se refugian los polluelos bajo las alas de su madre”.

(Cordero, 1985, 263)

El gavilán recibe también las designaciones quichuas de huamán y anga.

Cuchichugo.- Es un

“ave canora del tamaño de un mirlo, de color amarillo claro, manchado de negro. Abunda en la época en que las frutas comienzan a sazonar, inundando de gorjeos sumamente variados hasta los huertos de las casas de Cuenca. Concluidas las frutas, sobre todo el capulí de que gusta preferentemente, comienza a dar silbos que parecen lamentos, como antes no se le oyeran, y desaparece de los campos, sin que se sepa a donde emigre”.

(Cordero, 1985, 116)

Recibe, también la designación de chugo, y en el Norte del país, el nombre de huiracchuro. “Ave canora y migratoria de vistoso plumaje negro y amarillo en los machos (Pheucticus chrysopeplus). Es el chugo de las provincias azuayas” (Córdova, 1995, 539) La palabra huiracchuro está compuesta de huira = manteca; gordo, y churu = caracol. Caracol gordo. Es ave que causa estragos en las huertas.

Güirocchuro: Es del tamaño de la mirla, con cabeza grande y el pico grueso. Todo él es de un vivo amarillo, con manchas negras y blancas en las alas. El canto natural, que es de voz alta, compite con el ruiseñor, teniendo varias diferencias altas y bajas bellísimas. Nunca se domestica cogido grande, y aun criado de tierno es casi indómito y furioso”.

(Velasco, 1961, 197)

De este hecho es que en la lengua popular se dice, al que tiene iras con frecuencia, que ha de morir como el chugo, de iras.

Gallinazo.- El gallinazo recibe varias denominaciones. Por ejemplo: ullacho, ullahuanga, ushcu, shararán, que es una especie de gallinazo de color rojizo.

“Nuestros campesinos cuando se divierten y bailan, suelen cantar esta copla:

La señorita que baila
Blanca paloma parece.
—¿Y el galán que la acompaña? …
—Rucu shararán es ese …

(Cordero, 1985, 248)

Rucu es palabra quichua y significa viejo.

Ullahuanga o ulluhuanga es término compuesto de ullu = descomposición, y anga = gavilán, es decir: gavilán que come lo podrido. La voz ullacho tiene el mismo sonido inicial. En cambio ushcu parece ser solamente una pronunciación diferente de ullu.

Otra designación que recibe el gallinazo es siuca = despellejador, de siucana = despellejar.

Lechuza.– Las lechuzas, y algunas aves de la familia, reciben denominaciones como mishi pishcu, que se traduce así mishi = gato; pishcu = pájaro. Es decir pájaro gato. Probablemente el nombre deriva de la creencia de que las lechuzas se “hacen” de los gatos viejos. Así como de los ratones viejos se “hacen” los murciélagos. La razón de esto es que los ojos de la lechuza brillan en la oscuridad, como los del gato.

Otros nombres son: chúshig = el que grita o canta, derivado del quichua chushina = gritar, cantar. Cuscungu, pucu, pillij, pillij pillij, pucungu, chusco ñahui. Estas últimas dos palabras son quichuas y se traducen como cuatro ojos, por la impresión que da la cabeza de la lechuza.

La elegía por la muerte de Atahualpa, que se atribuye a un cacique de Alangasí, comienza de esta manera:

“Rucu cuscungu
Jatum pacaipi”.

Traducido por Juan León Mera como:

“En un corpulento guabo
un viejo cárabo está”.

(Mera, s/fecha, 180, T.II)

Chúshic Es la ave nocturna de rapiña o lechuza, que es una corpulenta, mucho mayor que una gallina, y otra mediana”.

(Velasco, 1961, 185)

Sobre la lechuza se han tejido varias supersticiones. Se dice que su grito es señal de mala suerte, de una muerte inminente en la casa donde se escucha, etc. Incluso literariamente esta creencia ha sido recogida. Juan León Mera dice:

“Grazna el cuscungo
Y el indio muere;
Parece chanza,
Pero sucede”

(Mera, S/fecha, 61, T.II)

Décadas después Jorge Icaza retoma la idea y la presenta sin muchos cambios: “Si el chushi llora, si el perro ladra, el indio muere… será verdad, será mentira, pero sucede”. (Icaza, 1986, 100)

Ligle. Especie de ave andina, semejante a una gaviota. El nombre se deriva de la onomatopeya del canto: lic-lic.

Madurero.- Es un ave de hermoso plumaje amarillo y negro. Recibe este nombre porque se alimenta únicamente de plátanos maduros. Habita en la provincia de Esmeraldas.

Motepico.-“Nombre que se da a un pájaro menor que el gorrión, y cuyo pico concluye, hacia la parte que da a la cara, en bordes membranosos de coloración amarillenta, lo que hace que el pájaro se presente a cierta distancia del observador como si llevara un grano de mote” (Cordero, 1985, 210). El nombre es híbrido de quechua muti = el maíz cocido, y español.

Negrillo.- Es una especie de ave semejante al gorrión, en el tamaño, y que tiene el plumaje totalmente negro.

Palo pishco.- Designación que se da a un ave muy parecida al gorrión. El nombre es híbrido de español y quichua pishcu = pájaro. Se traduce como pájaro de palo. Se lo llama también pinchopalo.

Pichí.- Se trata de un pequeño pájaro andino de color rojo encendido en el pecho. Es palabra quichua. Cfr. Chirote y bichauche.

Pichillig.– Nombre cañari del jilguero. Seguramente se trata de una formación basada en la onomatopeya del canto. En quichua recibe el nombre de chayna. “Jilguero cuyo nombre propio es chayna. Es tal cual en otras partes del mundo” (Velasco, 1961, 197)

Pishco.- Nombre que designa a cualquier pájaro pequeño, y también, por metáfora, al pene. “Pishco de indio…Negro”. (Icaza, 2009, 134)

Quillillico.- Es el cernícalo. Al parecer la palabra quillillico es de origen onomatopéyico. “Es el cernícalo que anda siempre con los halcones y tal vez con el águila uquihuanga y mete tanto ruido con sus chillidos. Se llama también quillihuara”. (Velasco, 1961, 185)

Tórtola.– La tórtola recibe el nombre quichua de urpi. Y una variedad más pequeña se llama tucurpillaTucurpilla. Especie de tórtola enana de color algo rojo, casi sin piernas, que parece andar pegada al suelo”. (Velasco, 1961, 188).

Esta especie abunda ahora en las huertas de la ciudad de Cuenca. Recibe también la designación de churutu, y de allpaurpi, que se traduce como allpa= tierra, y urpi = tórtola; tórtola de tierra. A veces, como una variación de tucurpilla, se la llama urcupilla.

Mamíferos

Comadreja.- A la comadreja (Mustela agilis) se la llama en quichua chucuri o chucurillo, y también, por eufemismo: compadre, compadre Manuel o Manungo, que es un diminutivo de Manuel. Se usan los eufemismos porque no hay que nombrarlo directamente, pues nombrarlo es atraerlo. La comadreja es un animal que causa grandes daños en los gallineros y cuyeros, como lo atestiguan los primeros cronistas, y también Juan de Velasco: “Chucuri, alto de cuatro a cinco dedos, muy ancho y largo, de lana corta y muy estrecha y suave es de color atabacado, hocico algo largo y dientes agudísimos. Nunca se ve de día y come solamente las cabezas de las aves”. (Velasco, 1961, 173).

Fernández de Oviedo, recogiendo un nombre aborigen de la región de Panamá (Darién) la llama churcha.

“Aquestas churchas, en Tierra Firme, como en Castilla las garduñas, se vienen de noche a las casas a comerse las gallinas, o a lo menos a degollarlas e chuparse la sangre; e por tanto son más dañosas, porque si matasen una y de aquella se hartasen, menos daño harían; pero acaesce degollar quince e veinte e muchas más, si no son socorridas. A mí me degolló catorce gallinas una de estas churchas una noche en el Darién”.

(Fernández de Oviedo, 1959, 51, T.II)

Huanchaca.- La huanchaca es una variedad de marsupial, llamado, impropiamente zorro en las provincias de Azuay y Cañar. La palabra huanchaca designa realmente una trampa para cazar zorros.

Chucha, Intutu o Guanchaca, nombres de diversas provincias. Es una especie de zorra doméstica, algo mayor que un gato, con la figura de un ratón y el rabo muy largo por lo común pelado. Esta tiene bastante astucia, ve poco de día y cría sus hijos en una bolsa, que abre y cierra en la barriga, dentro la cual se ven las dos hileras de los pechos”.

(Velasco, 1961, 171)

Cfr. La palabra chucha con churcha, como designación de la comadreja.

Murciélago.- El murciélago recibe varios otros nombres. Por ejemplo estas formas quichuas: chimbilacu, shúa shungu, compuesto de shúa = ladrón, y shungu = corazón. Es decir robacorazones. Cfr. Robapelo. Paya ucucha, compuesto de paya = anciano, y ucucha = ratón. Ratón anciano; probablemente por la creencia de que los murciélagos se “hacen” de los ratones viejos. Cfr. Lechuza o mishi pishcu. Todo esto se origina en el parecido real que existe entre la cabeza del ratón y la del murciélago. Otros nombres: tupan o tupaj = el que rapa; derivado de tupana = rapar. Tuta pishcu = pájaro nocturno ( tuta = noche; pishcu= pájaro), shúa ucucha = ratón ladrón. Tsijtsi, huiruchu, chicchi, masho. Con esta última palabra ocurre algo curioso porque designa también a una mariposa nocturna grande. La razón de la confusión está en que los dos vuelan en la noche.

Tuta pishcu y paya ucucha tienen relación semántica con la designación del murciélago en otras lenguas. Así en alemán es fledermaus (fleder = aleteador, y maus = ratón), en francés: chauve souris ( chauve = calvo, souris = ratón), en latín: vespertilio ( de vesper = el atardecer); en árabe tair el lil (pájaro de la noche), y en español, murciélago no es más que mur (el ratón) ciego. En portugués morcego, y en catalán: rat penat (ratón emplumado o ratón volador).

Gasterópodos

Babosa.– La babosa es el gasterópodo Limax rufus. Una variedad andina es conocida como tacacallo. Palabra quichua y compuesta al parecer de taca (tacana = golpear) y callu = lengua, es decir: lengua aplastada. El tacacallo difiere de la babosa que infesta las huertas, en que vive en los campos, tiene el cuerpo más aplastado y ancho. Su color es más oscuro; la piel, más resistente, y en la parte inferior, la banda que sirve para la locomoción es más angosta.

El novelista Fernando Chávez la llama guagracallo, es decir lengua de toro. (Chávez, 1985, 142).

Caracol. El caracol recibe en quichua las designaciones de churo, churuco o unij. En las provincias de Norte son usados en la alimentación.

“Como alimento, churos son caracoles pequeños que crecen en las quebradas y los arenales de la Sierra. Se los prepara sancochándolos y sazonándolos con jugo de limón, aceite, sal, etc. y luego se sirven extrayéndole el gusanillo con los labios y preferentemente con colada de alverja”.

(Carvalho-Neto, 1964, 182)

Reptiles

Lagartija.– La lagartija recibe también los nombres quichuas de palu, cula, cucu palu, (cucu se traduce como angosto), tsilinquitsi, huagzha y cuilampalo. “De cuilán, voz imitativa del chillido que produce el animalillo de que va a tratarse, y de palug, lagartija. Especie de lagartija pequeña, que vive en terrenos húmedos, y que no tiene los hermosos matices que se ven en la piel de esta. Su color es oscuro terroso”. (Cordero, 1985, 87)

La información de Alfonso Cordero es errada, el cuilampalo no emite ninguna voz ni sonido. Al parecer el nombre es una deformación (por analogía) de culapalo; al juntarse las dos palabras debería quedar culampalo. Aquí entra la analogía con el cui, y se obtiene cuilampalo.

Batracios

El sapo y la rana.- El sapo recibe varios nombres, según las variedades y los lugares. Por ejemplo jambatu, un sapo pequeño y oscuro (de esta palabra quichua viene la denominación de Ambato para la ciudad del Tungurahua), hualaj, huartaj. Los dos son nombres derivados de la onomatopeya del croar de la rana. Para el oído campesino el croar suena como Huarac- tac- tac. “Huarac…tac…tac… cantaba ella, y los sapitos asomaban a las ventanas de las hojas de los rosales “. (Corylé, 1978, 119)

Además reciben los nombres de tiungil y úcug, este último designa a una variedad de rana grande y de color marrón, que suele habitar debajo de las piedras en los arroyos y quebradas. Y finalmente tenemos a una variedad de clima caliente, conocida como chugchumama, nombre híbrido de quichua chugchug = frío y español. Madre del frío. “Rana de mayores proporciones que las ordinarias y de color gris que toca en negro. Vive en los valles ardientes; y sin duda por esta causa lleva el nombre que lleva, esto es, el de madre de los fríos o del paludismo. Se aplica la denominación a la persona rechoncha y fea”. (Cordero, 1985, 115).

Se usa también la voz “sapo” como designación vulgar del sexo femenino.

Pero no solo los sapos y ranas tienen una variedad de nombres. También los renacuajos son llamados con diferentes denominaciones. Por ejemplo: Chugsi o shugshi, huillihuilli, güishigüishi, ullki, pímbalo, güillegüille, y en la provincia de Loja: jimbirico.

“la palabra corregida puede venir del castellano familiar bullebulle, por los bullidores que son los renacuajos; o más bien del quichua huilli”.

(Córdova, 1995, 505)

En cuanto a la etimología proponemos que viene de la forma quichua shucshii = sacudir.

Artrópodos

Ciempiés. A este miriápodo en quichua se lo conoce como intuccuru o pachacmaqui. El primer nombre es compuesto de intuc = multitud, muchedumbre, y curu = gusano. Se entiende: gusano con multitud de patas. El segundo nombre significa pachac = cien, y maqui = mano, es decir: cien manos.

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25 de junio de 2010.

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